LA HOMOSEXUALIDAD Y EL ISLAM


REDACCION:

M. Laure Rodríguez Quiroga
Directora de Torre de Babel

Bismillah ir-Rahman ir-Rahim

Con cierta resaca de la parafernalia navideña, cuando todavía hacemos estragos para procesar las grandes comilonas, surge un debate de difícil digestión, promovido por la Iglesia más rancia, en donde la familia, entendida como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer, tiene su base principal.

El respeto a la libertad de expresión y pensamiento, amparada en diferentes legislaciones, no puede ni debe ser justificación para que, en pleno siglo XXI, se sigan sucediendo actitudes homófobas y por lo tanto, de violación de derechos humanos.

La homofobia en nombre de la religión es una constante, no solo en el cristianismo. También los budistas e hinduistas, han tomado discursos de clasificación de la homosexualidad como enfermedad o desviación, y por lo tanto inaceptable. Pero sin duda alguna el mundo islámico actual, se presenta como una de las religiones donde en mayor medida se atenta contra los derechos y libertades de personas homosexuales.

Human Rights Watch, señala que de los 83 países donde la homosexualidad está explícitamente condenada por la ley, 26 lo son en países donde el Islam es mayoritario, la práctica totalidad de los que componen la Liga Árabe. Las legislaciones y aplicaciones son diversas en función de cada país, castigándoles con años de prisión por conductas “antinaturales”, por prácticas equiparadas a la zoofilia o directamente se condena a pena de muerte por la práctica de la sodomía.

Pero ¿realmente el Islam prohíbe la homosexualidad? Diversos autores e investigaciones señalan y demuestran que esto no es así, aunque esta posición, en la actualidad, no es representativa del conjunto de musulmanes. Para la mayoría, la homosexualidad es un pecado, considerado como una equivocación en donde los seres humanos no son homosexuales de naturaleza, sino que uno se hace homosexual debido al ambiente en el que vive.

Queda demostrado, que la persecución de la homosexualidad en el conjunto de países denominados islámicos es reciente, herencia de la colonización europea, y por lo tanto con una fuerte carga de influencia occidental. Antes de la imposición colonial, la homosexualidad parecía estar abiertamente aceptada.

Abdennur Prado, pensador y poeta, afirma que “no hay fundamento alguno ni en el Qur'án ni en el ejemplo del profeta Muhammad para una condena de la homosexualidad, entendida como amor entre dos hombres”.

La reprensión que en la actualidad se vive a esta tendencia sexual se extrae de las aleyas contenidas en el Qur'án, en donde se relatan las transgresiones cometidas por la gente de Lot, que practicaban toda clase de perversiones sexuales. Por lo tanto, haciendo una lectura global de los textos, se podría mostrar que en ellos no se castiga la homosexualidad como tal, sino la promiscuidad indiscriminada, la violación y la ruptura con las leyes de la hospitalidad.

Esta interpretación equivocada ha permitido que no muchos, por ignorancia o con intencionada disposición, confundan estas prácticas con la homosexualidad. Los grandes sabios actuales, basándose en estas teorías han expandido esta ideología como metástasis, contaminando a la mayor parte de los creyentes en una posición de anti-natura de las prácticas homosexuales.

El sexo anal practicado en Sodoma y Gomorra, con hombres extranjeros y huéspedes , fue una muestra de dominio sobre ellos, sin mutuo consentimiento, abuso de un poder sexual que podría describirse como violación de varón contra varón.

Incluso, algunos pensadores musulmanes en el siglo XXI han llegado a sugerir que la homosexualidad es genéticamente heredada y que aquellos que tienen la predisposición a ser homosexuales son víctimas y no pecadores, y por lo tanto, bajo un tratamiento adecuado pueden tener cura.

¿Víctimas? ¿Enfermos? ¿Desviados?

En un intento de poner cara a estas clasificaciones, me vienen a la mente nombres concretos de amigas y amigos que han vivido su homosexualidad como hecho traumático, por el rechazo visceral que se emana de un número considerable de familiares y amistades.

Pienso en aquellas personas, que se sienten afortunadas de haber nacido en Europa, o de haber utilizado la inmigración como una forma de escape para vivenciar plenamente su libertad sexual. Por lo menos aquí, aunque seguirán siendo rechazados para su desgracia, no se les enviará a la cárcel, no se les asesinará…

Rachid, Abdel Haqq, Malen, Maryam… tantos nombres de personas que tienen que hacer frente a unas luchas internas y externas para demostrar que ser homosexual no contraviene a las leyes de Allah.

Y Allah sabe más