EL PAPEL DE LA RELIGION EN LA MUTILACION GENITAL FEMENINA. EL CASO DEL ISLAM



REDACCION Y FOTOGRAFÍA:
M. Laure Rodríguez Quiroga
Directora de Torre de Babel
www.torredebabel.org

Bismillah ir-Rahman ir-Rahim

Hoy, en las sociedades occidentales se encuentran presentes religiones, etnias y culturas diferentes. Esa diversidad debe ser una puerta abierta al mundo y su reconocimiento un deber del Estado y de la sociedad. La religión, sea cual fuera, debe contribuir a la dignificación del ser humano y a la humanización de sus relaciones con los demás.


Cuando ello no es así, el hecho religioso se puede transformar en algo irracional y repudiable. La fe, las costumbres y las tradiciones no lo justifican todo y mucho menos los atropellos a la dignidad y a la integridad física y mental de las personas.

La religión y la tradición pueden ser una forma de reconocimiento mutuo, un código compartido e identitario. En situaciones de sufrimiento, soledad y discriminación resultan un punto de apoyo fundamental.


El legítimo “derecho a la diferencia” no se puede ejercer violando los valores universales de los derechos humanos. La defensa irracional y extramada de las “identidades”, sean ellas religiosas, culturales o étnicas, tienen como consecuencia el refuerzo de los guetos, de la marginalización y del empobrecimiento del tejido social.

Cuando la práctica de actividades lesivas para el ser humano se revisten de lo “sagrado” la cuestión se vuelve cada vez más compleja y vidriosa. La influencia de los líderes religiosos que optan por esa vía es un verdadero contrapoder al Estado, llevando a que la ley sea subvertida en función de sus profundas creencias. Son los llamados “crímenes sagrados”.


En el caso de la MGF (Mutilación Genital Femenina), se ha venido utilizando el Islam y los excesos de algunas corrientes islámicas, como coartada para seguir cometiendo esas violaciones de los Derechos Humanos.


No obstante, es importante volver a denunciar las frecuentes y, a menudo, interesadas confusiones entre la MGF y el Islam. Dicha práctica no puede ampararse en la religión musulmana, pues el Corán nada dice de este asunto, aunque existen algunos “Hadith” (palabras y acciones atribuidas a Muhammad –SWS-) que se refieren a ella.


Un Hadith relatado por Umm ‘Atiyyah, dice: “Una mujer acostumbraba a practicar la circuncisión en Medina. El Profeta dijo: Cuando circuncides, no crtes severamente, y aque es mejor para una mujer y más deseable para un marido”. En las interpretaciones del Hadith se dice que solo es cortado el prepucio (bazr) del clítoris, no el propio clítoris como algunos, por ignorancia afirman.


Este Hadith puede referirse a una costumbre social preislámica, y no transmite que esto sea una obligación, ya que se trata solo de una respuesta a una pregunta. Además de eso, este Hadith, como otros parecidos, es considerado por los musulmanes como Da’if (Débil o de origen dudoso o poco fiable).


Subsiste el hecho de que de los 1.200 millones de musulmanes existentes en todo el mundo, apenas una quinta parte de ellos practica la MGF. Además, esta costumbre es también practicada por los cristianos coptos de Egipto, por los cristianos y judíos falasha de Etiopia, por los cristianos de Sudan y por varias tribus animistas. Se trata de una práctica milenar, seguida por sectores musulmanes, judios y cristianos.

El Islam en la actualidad, al menos una parte importante de él, condena la práctica de la MGF, y niega la relación directa entre esta práctica y la religión islámica.


Pero asimismo, es conveniente añadir que la ligación errónea que se establece entre Islam y la MGF deriva en mucho del hecho de que algunos líderes islámicos afirman proceder de los textos coránicos, y por lo tanto, no existe una posición homogénea sobre este tema.


A pesar de que este tipo de práctica mutiladora no es exclusiva de los musulmanes ni está generalizada entre ellos, y, a pesar de que los textos del Coran no la aprueban y está en contradicción con su mensaje de reconocimiento de la sexualidad, también existen interpretaciones islámicas que son utilizadas para justificar la práctica de la MGF.


Por ejemplo, las palabras del yerno de Muhammad (SWS) diciendo: “Allah Todo Poderoso creó el deseo sexual en diez partes; dio nueve partes a la mujer y una al hombre…” son una de las creencias que se esgrime para fundamentar la MGF. Ello en el sentido de que la práctica ayuda a las mujeres a refrenar sus impulsos sexuales, una de las obsesiones de las religiones patriarcales.
Como explicación a las dudas del papel del Islam en la MGF, se presenta a continuación, parte de la carta abierta que dirigió el Ulema Abdullah Al-Taher en el año 2004, al Jeque David Munir, Iman de la Mezquita de Lisboa:



"Pregunta de Abdullah Al-Taher:

Finalmente, ¿cuál es su posición frente a la MGF, que tanta polémica ha levantado después de la publicación en el ‘Jornal Público’ del excelente Dossier de Sofia Branco? ¿Se trata o no de una práctica africana tribal, ancestral, criminal no islámica?¿Se trata de una práctica condenable y merecedora del más vivo repudio por parte de todos los musulmanes? ¿Cómo piensa invertir y corregir, denunciar de forma efectiva la práctica de la MGF por algunos fieles suyos, frecuentadores de la Mezquita de Lisboa? ¿Cómo piensa invertir los daños causados a la imagen del Islam en la opinión pública portuguesa? ¿Cómo juzga, a trave´s de la Mezquita, la práctica de la MGF en sectores de la Comunidad Islámica de Guinea Bissau?


Respuesta de David Munir:

En relación a la primera cuestión, sobre mi posición acerca de las prácticas a la MGF, le debo decir que no existe ninguna referencia sobre el asunto en el Corán o en los Hadith.


Es una costumbre ascentral practicada por algunos grupos étnicos africanos que, son hoy ciudadanos de países islámicos, habiendo sido esa práctica continuada, dándole erróneamente un cariz religioso, a semejanza de la circuncisión masculina que, es de hecho, un precepto abrahámico, que fue adoptado por el islamismo.


A mi entender, como teólogo y como musulmán, esta práctica no se identifica con el Islam, ni tiene nada que ver con los principios islámicos, que son contrarios a cualquier tipo de Mutilación forzada del cuerpo humano, que, como creación divina, es sagrado.


En relación con determinadas afirmaciones hechas por cualquier ciudadano, sea o no miembro de la Comunidad, no legitiman la práctica”.

Así, existen diversas opiniones acerca de que el Islam debería unificar sus posturas respecto de la MGF, y hablar con una única voz denunciando esa atrocidad. Voces de respetados Ulemas (principalmente hombres teólogos islámicos) exigen urgentemente, trazar una línea divisoria entre verdaderos y falsas creencias islámicas.


Texto extraído de la Campaña contra la Mutilación Genital Femenina, promovida por el Excmo. Ayto. de Irun (Gipuzkoa)