LAS MUJERES DEL ISLAM

REDACCION Y FOTOGRAFÍA:

M. Laure Rodríguez Quiroga

Directora de Torre de Babel

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Bismillah ir-Rahman ir-Rahim



El Islam, surgido en la Peninsula Arábiga, supuso la implantación de nuevos enfoques con respecto a las relaciones de género y en especial al tratamiento desigual e inhumano que sufrían muchas mujeres: les dio derecho a una herencia, derecho al respeto, derecho a la personalidad jurídica, derecho a la libre elección de marido, derecho al divorcio, derecho a la sexualidad y a su disfrute, derecho a ser tratadas en igualdad ante un nacimiento, etc.


Así, por ejemplo era una práctica normalizada enterrar vivas a niñas recién nacidas, ya que se consideraba una deshonra para las familias.
El Islam vino a recoger y a proteger a las niñas de esta cruel práctica “La enterrada viva preguntará del crimen por el cual fue asesinada” (Corán 81:8-9). La situación de las mujeres en los países del Islam es el flanco preferido para los ataques occidentales contra el mundo musulmán.


Parece que la ropa femenina, se ha convertido en la insignia de la identidad islámica. Esa excesiva atención centrada en un trozo de tela, distrae a las personas (musulmanas o no) de asuntos más importantes como los deberes religiosos, entre los que se incluyen la educación; la usura o la justicia social.


Tomando referencia de fuentes históricas referentes al mundo islámico, se constata la presencia de numerosas mujeres que participaron activamente en el desarrollo de las sociedades musulmanas.


Las mujeres fueron, hasta hace tres siglos compañeras, con igualdad, de los hombres en todos los ámbitos de la vida diaria, tanto en el ámbito público como privado. Mujeres y hombres cobraban los mismos sueldos por ejercer las mismas funciones.


En definitiva, la mujer musulmana es un pilar para la sociedad, para el hogar y para la familia, al igual que el hombre.


“El hombre y la mujer se complementan mutuamente” (Coran 2: 187)
“Las mujeres tienen sobre los esposos idénticos derechos” (Coran 2: 228)
“Los creyentes, hombres o mujeres, que obren bien, entrarán en el Jardín y serán proveídos en él sin medida” (Coran 40: 40)


Para comprender qué ha provocado que el poder de las mujeres en el Islam haya sido robado por algunos hombres y sus maneras de interpretación de las Sagradas Escrituras, se hace necesario indagar en los factores que han influido para la pérdida de la justicia otorgada en igualdad de condiciones para mujeres y hombres.


Es preciso regresar a los orígenes para ver y estudiar cómo, en el pasado, las mujeres actuaban y se desarrollaban, para que, desde ahí –desde esas fuentes originarias- se rescate el mensaje liberador que el Islam transmitió, acomodándolo a los tiempos actualizados, permitiendo la plena libertad y desarrollo de las mujeres, y en definitiva de toda la sociedad.




ALGUNOS EJEMPLOS DE MUJERES QUE DESTACARON A LO LARGO DE LA HISTORIA


Khadiya bint Juwailed


Uno de los ricos mercaderes de la Meca era una mujer, Khadija bintu Juwailed, quien contrató los servicios de Muhammad (SWS) para que comerciase en su nombre. Khadija, quince años mayor que él le pidió en matrimonio.


Ella fue la única esposa hasta su muerte. A los 55 años, Muhammad (SWS) tras la revelación del Arcángel Yibril le contó lo acontecido, siendo la primera persona y la primera mujer en abrazar la fe islámica.




Aisha bint Abu Bakr as Siddiq


Aisha, fue la tercera mujer del Profeta (SWS). Destacó por su sabiduría acerca del din, encargándose de proclamar Fatwa (consejo legal). Fue ella, la responsable de proteger la única copia original del Corán que se salvó de ser quemada.


"Nunca vi a nadie más sabio que Aisha en el aprendizaje del Coran, asuntos hereditarios, legitimidad e ilegitimidad, poesía y literatura, historia árabe y genealogía” (Urwa Ubn az-Zubayr)


“En ella se reunían la mayor parte de las transmisiones y el fiqh (ciencia de la aplicación de la Sharia’a) más completo de entre aquellos que daban fatwa.. Acudían a ella personas, desde las tierras más recónditas por su conocimiento de la Sunna y de aquello que es obligatorio. Recitaba la poesía de los árabes con gran pureza. Era asombrosa en el tafsir (comentarios sobre el Corán), elocuencia y poseía un amplio saber de medicina” (Libro ‘La sombra de la nube’, de Abu ‘Abdullah al-Ghafiqi)




Rabi’a al-Adawiyya


Es la primera “mujer” que destacó en el Tasawwuf (ciencia que trata la dimensión espiritual en el Islam), sin olvidar que la experiencia espiritual abarca el alma de la persona, y como tal es un ser asexual.


Se enfatiza de ella su amor a Allah, más que el miedo al infierno o el deseo de entrar en el paraíso tras la muerte.


“Estuve toda una noche y todo un día hablando con Rabi’a sobre el Camino y la Verdad, y nunca se me pasó por la cabeza la idea de que yo era un hombre, ni a ella se le ocurrió que era una mujer; al final cuando la miré, me sentí conmovido espiritualmente y vi a Rabia verdaderamente sincera” (Al-Hassan al-Basri)




Ash-Shifa bint ‘Abdullah

Fue la primera mujer en ocupar un puesto en la admnistración pública, siendo nombrada waliah (funcionaria de la administración del mercado). Destacó por sus cualidades en diferentes tipos de medicina. Fue de las primeras personas en emigrar de La Meca a Medina, contando con el aprecio de Mensajero de Allah.



Bilqis, la Reina de Sabah


Es una de las referencias que en el Corán se hace hacia el papel político de una mujer, es decir, hacia la capacidad femenina para que actúe como gobernante.

“Dijo ella: ¡Consejo de nobles! Dadme un dictamen sobre mi caso, no tomaré ninguna decisión hasta que os pronunciéis. Dijeron: Nosotros tenemos fuerza y también un ejercito poderoso, pero tuya es la decisión, mira pues lo que vas a ordenar. Dijo: Cuando los reyes invaden una ciudad la devastan y humillan hasta a sus habitantes más poderesosos. Así es como actúan. Voy a enviarles un regalo y esperaré lo que traigan de vuelta los mensajeros” (Corán 27: 32-35)



Radiya bint Shams ad-Din Iltutmish


Gobernó en Delhi, ejerciendo una autoridad completa hasta el punto de dirigir al ejército en las batallas.


“[…]estaba dotada de todas las cualidades que se requieren del rey más capacitado. Sus acciones fueron examinadas estrictamente sin que se encontrara en ella ningún fallo, excepto que era una mujer. Durante el mandato de su padre, solía intervenir en los asuntos del gobierno, apoyada por su padre que veía en ella un gran talento para la política. En una ocasión la nombró regente durante su ausencia. Cuando los emires le preguntaron porque había nombrado a su hija en lugar de algunos de sus hijos, respondió que sus hijos se dedicaban al vino, a las mujeres, al juego y a la adulación; y por esas razones el gobierno era una carga demasiado pesada para ellos. Añadió, que Radiya, aunque era mujer, tenía cabeza y corazón de hombre y era mejor que veinte de sus hijos” (Firishita. S. XVI era cristiana)